Transcripción de
la columna de la Dra. Almafuerte, que encontré en la edición número 34 de la
Revista “Gardenias y Jacintos”.
¿Hay vida después del divorcio?
Querida
Dra. Alma:
Tengo 56 años, dos hijos que no parecen tener intenciones de irse de
la casa cuando se reciban sino, al contrario, quedarse e ir trayendo a sus
respectivas novias de a ratitos (así no me doy cuenta), y dos trabajos, ya que el
zanguango de mi ex- marido hace todo lo posible por pasarme dos pesos para la
manutención de esos hijos que se ve que se olvidó que ayudó a concebir. Como
podrá imaginarse, es poco el tiempo que me queda para ver a familiares y amigos,
quienes me insisten que debo buscar pareja e intentar rehacer mi vida. Mi temor
a equivocarme nuevamente es tal que he venido poniéndome todo tipo de excusas,
aunque le confieso que, íntimamente, sueño con encontrar un hombre bueno, que
me trate bien y con quien poder hacer cosas que no pude hacer antes, cuando mis
hijos eran pequeños y tenía un marido que atender. Y aquí viene el problema: no
soy muy ducha con esto de las citas por Internet y me da mucho miedo
encontrarme con un sicópata, y si voy
con alguna amiga a bailar me siento intimidada por el ambiente y como además
- según me dicen mis amigas-, debo “producirme” como si fuera una actriz
de Hollywood, me siento todavía mas fuera de lugar, sin mencionar que no sé
ninguna de las letras de las canciones.
¿Qué
puedo hacer? ¿Es que debo renunciar a la
idea de encontrar un nuevo amor?
Ana,
de Mataderos
Querida
AdeM:
Tus temores y reparos son propios de la situación que tienes que
encarar. Por eso mismo, no debes desesperar: desde ya te digo que vas a que ver
la luz al final del túnel. De todos modos es prudente que lleves una linternita
para el camino, o al menos una vela, que siempre ayudan. También te anticipo
que no necesitas aprenderte todas las letras de las canciones de moda de
memoria, solo los estribillos. Esto te lo digo no para que impresiones a un
potencial candidato, para que piense que
estás “in”, sino pura y exclusivamente porque cantar es una actividad muy
energizante y si el mentado resulta ser un pelmazo, siempre puedes pasarla bien
contigo. En cuanto a lo de la producción, aunque es pura propaganda, debo
aclararte que puede resultar eficaz en un primer momento. Pero solo entonces.
Ya que, al cabo de algunas horas, te empiezas a marchitar como una cucurbita
(N.R: tarea para la casa: buscar qué es una cucurbita). No te digo que te
presentes mal trazada ni con muchas manos de pintura porque corres el riesgo de
que en vez de lucir como Cleopatra parezcas Amenhotep y que debido al sudor y
al calor del ambiente, el maquillaje te quede como la ribera del Nilo cuando
cede la crecida. Lo mejor, pues, es apostar a la discreción y, en todo caso, en
vez de poner todo tu cuerpo en movimiento, economizar y manejarte con el
popular y siempre efectivo revoleo de ojos, cuyo poder de seducción sigue
teniendo la fuerza de 10.000 caballos.
Es, de todos modos, ponderable que
quieras volver al ruedo. Muchas de nuestras lectoras te considerarían una
verdadera heroína, ya que hay quien se queda completamente escarmentada después
de un mal matrimonio y no quiere reincidir. Por eso mismo, ¡Ánimo!, a seguir
adelante AdeM, y no te dejes de contarnos cómo sigue la historia.
Dra.
Almafuerte