“Se vende”.
En su tercera película como director y en
la que también actúa, el polivalente Jorge Perugorría nos ofrece una simpática
comedia negra que es, al mismo tiempo, un tributo a “La muerte de un
burócrata”, de Tomás Gutiérrez Alea, que dirigiera, junto a Tabío, al propio
Perugorría en la aclamada “Fresa y Chocolate” (1993).
Con el debut de Dailenis Fuentes y una
muy buena actuación de Yuliet Cruz , la película cuenta con el soporte de
afamados actores como Mario Balmaseda y Mirtha Ibarra y un elenco de veteranos
actores, algunos de los cuales son los mismos que participaran en la icónica
pieza de Gutiérrez Alea y que ofrecen buenos momentos, como la escena en la
cola de la oficina en el cementerio, en la que un abuelo, acompañado por el
nieto, sigue – he ahí una de las referencias a “La muerte de un burócrata”,
alusiva a lo kafkiano de los trámites-, tratando desde entonces de lograr la
autorización para enterrar a su tío Paco.
En la historia que nos cuenta “Se vende”,
Nácar (Dailenis Fuentes), una joven laboratorista que está atravesando por una
acuciante situación económica, sin demasiadas alternativas, decide vender la
bóveda familiar, para lo cual debe deshacerse de sus “inquilinos”, entre ellos,
sus padres.
Le comenta esta idea, que le sugiriera ya
en vida su madre (Mirtha Ibarra), a su amiga Pilar (Yuliet Cruz) y juntas
deciden poner manos a la obra y vender los huesos (recordemos que son usados
para rituales de santería, como los del Palo de Mayombé). También contará con
la ayuda de Noel (Perugorría), un pintor y librero de quien terminará
enamorándose.
“Se vende “ juega con el absurdo y la
parodia, mechada con algunos picos de tensión dramática. El tránsito no es
lineal y decae por momentos; sin embargo, en conjunto, es una obra que
entretiene y divierte por su irreverencia hacia todo lo necrológico y la escatología , con
interesantes fundidos encadenados y primeros planos y ciertos guiños a la
ideología como el del cadáver conservado del padre (Balmaseda), curiosamente
parecido a Lenin, y quien en vida fuera un ferviente dogmático muy atado a sus
ideas que, en una sutil metáfora, parecerían también haberse momificado o haber resistido heroicamente el embate del tiempo, ya que ni el acero le puede hacer mella. (Hay
que destacar que la película se estrenó cuando en Cuba se empezó a autorizar la
compra de propiedades y otros bienes, dando muestras de un cambio en las reglas
imperantes hasta ese momento). En ese marco, también divierten otras
referencias incisivas, como toda la imaginería religiosa y los libros que están
en el negocio del padre de Noel (Perugorría) y su propia producción artística.
Sin demasiadas pretensiones, "Se vende" puede comprarse.
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