El documental de la venezolana Gabriela Fuentes,
producido por la Taguara Fílmica, es un
mediometraje (63 min.) refrescante e inspirador en varios sentidos. Es, también,
un repaso de un momento transcendental de la historia reciente de Venezuela y
un homenaje y reconocimiento a la labor y lucha de su abuela, Esperanza Vera, y
de quienes como ella asumieron el compromiso de la militancia política y la
defensa de los derechos de las mujeres en el momento en que ese país
caribeño comienza –o podríamos decir
termina-, por reconocerles derechos políticos. (La constitución de 1947 fue la
primera de cuño democrático que al consagrar el sistema de elección libre, directa
y universal permitió a mujeres, analfabetos y mayores de 18 años acceder
al sufragio.)
Desde el punto de vista cinemático, los recursos del
género se utilizan en un inteligente y creativo montaje que hace que el
resultado final sea una película ágil y alegre, que presente profuso material
documental y audiovisual de archivo, lo combine con distintos formatos de
animación, y represente a su vez la época para completar y hacer avanzar la
historia, con una motricidad de tanta energía como la de las propias
protagonistas, unas muchachas de más de 80 años.
Esperanza Vera, Ada Ramos, Alicia Salazar y Yolanda
Villaparedes eran poco menos que adolescentes cuando empezaron a militar en la Juventud Comunista
de Venezuela y se comprometieron en la lucha contra la dictadura del general
Pérez Jiménez que derrocó al primer presidente electo en elecciones “democráticas”
de Venezuela, el también escritor Rómulo Gallegos, quien fuera laureado con el
premio Nobel de Literatura. (Pérez Jiménez había integrado primeramente una
Junta Militar que después se llamó Junta de Gobierno para ser finalmente nombrado Presidente Provisional de
la República. De todos modos, durante todo el período tuvo una enorme
influencia y fue quien ejerció el poder real).
Trabajando en la clandestinidad por la restauración de
la democracia y los derechos civiles, - también participaron de la gran huelga
petrolera que llevó al paro a 44.000 trabajadores de esa industria -organizada
en demanda no sólo de reivindicaciones laborales sino tambien políticas-, estas
jovenes pasaron luego a trabajar en la legalidad al formar parte de “La Unión
de Muchachas Venezolanas”, hasta que tanto esta organización como el propio
Partido Comunista fueron disueltos, sus miembros proscriptos y expulsados del
país. Desde sus inicios sufrieron persecución y cárcel, pero durante ese tiempo
organizaron diversas actividades como el "Primer Festival de la Juventud
Venezolana".
Con perfiles y características muy diferentes, estas
“abuelas” tienen en común una determinación y una fortaleza a prueba bala (nunca
mejor dicho!), y son un maravilloso ejemplo del rol de la mujer en la lucha por
los derechos civiles y por el liderazgo en la búsqueda de mayores niveles de
equidad y bienestar social. Sus testimonios, con anécdotas geniales, y la
recreación de la época con la actuación de un elenco de actores muy bien caracterizados, hacen una película intensa, que muestra, entretiene y entusiasma.
“Muchachas”, escrita, dirigida y
producida por Gabriela Fuentes, con montaje de Tatiana Rojas y Adriana “Tanita”
Castro fue galardonada con el premio al Mejor Largometraje Documental en el
6to. Festival Iberoamericano de Cine Azul SURrealidades de Colombia y el de Mejor Mediometraje
Documental en el Festival de Cine ELCO de Venezuela.
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